Hay almas que tienen
azules luceros,
Mañanas marchitas
Entre hojas del tiempo,
Y castos rincones
Que guardan un viejo
Rumor de nostalgias y sueños.
Otras almas tienen
Dolientes espectros
De pasiones. Frutas
Con gusanos. Ecos
De una voz quemada
Que viene de lejos
Como una corriente
De sombras. Recuerdos
Vacíos de llanto
Y migajas de besos.
Mi alma está madura
Hace mucho tiempo,
Y se desmorona turbia de misterio.
Piedras juveniles
Roídas de ensueño
Caen sobre las aguas
De mis pensamientos.
Cada piedra dice:
"¡Dios está muy lejos!"
Frederico García Lorca (8 Fevereiro 1920)
sexta-feira, 2 de janeiro de 2009
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